Los corales blandos, al contrario que los duros, carecen de un esqueleto calcáreo voluminoso. Cuentan con unas espinas (espículas) que les confieren rigidez y al mismo tiempo flexibilidad. Son ideales para principiantes pues toleran niveles de luz bastantes más bajos y viven bien en aguas más altas en nutrientes. Además al no tener que crear esqueleto calcáreo al crecer, no consumen tanto Calcio, Magnesio y Carbonatos.